La Bella Durmiente (suite)
Coreografía sobre el original de Marius Petipa
En el siglo XIX, San Petersburgo acogió las múltiples mentes creativas europeas y se convirtió en el escenario para el desarrollo de la creación coreográfica en la región. Al país ruso llegaron no sólo bailarinas románticas que consideraban a la capital como un paradero obligatorio dentro de sus giras, sino también a importantes artistas que transformaron la ciudad. Entre ellos, el emblemático coreógrafo francés Marius Petipa, una de las figuras más importantes del ballet imperial ruso y considerado como el “padre” del ballet clásico.
Petipa sorprendió a la comunidad dancística de la época nutriendo de cambios a este arte. En esos tiempos, el ballet aún se encontraba incluido dentro de los programas de ópera, con una duración de apenas una hora; no obstante, él revoluciona el espectáculo componiendo obras de tres actos, siendo completamente autónomas; además de estructurar el pas de deux a la forma en que lo conocemos en la actualidad, y explorar movimientos con danzas tradicionales europeas.
Pero hay uno de sus hallazgos en particular que, bajo estas circunstancias, resulta imperativo destacar: su exitosa colaboración con el destacado compositor ruso Pyotr I. Tchaikovsky. Entre los dos se formó una compenetración absoluta de la cual floreció una brillante trilogía: La bella durmiente, estrenada en 1890; El Cascanueces, en 1892; y El lago de los cisnes, en 1895, presentada dos años después del fallecimiento del músico. Según cuentan los críticos, Petipa era un personaje extremadamente exigente y entrometido en el trabajo de sus colegas. Aún así, Tchaikovsky atendió a todos sus requerimientos totalmente dispuesto, regalándonos unos trabajos en donde la música y la coreografía se complementan tan perfectamente que ninguna puede encontrarse por encima de la otra.
El Ballet Nacional del Perú presenta en el Gran Teatro Nacional la suite de La Bella Durmiente, previamente estrenada en la región de Madre de Dios como parte de la Gira 2021 de los Elencos Nacionales. Esta obra nació dentro de la tradición oral y se han podido encontrar múltiples publicaciones a lo largo del tiempo, pero una de las versiones más difundidas es la del francés Charles Perrault (1697), sobre la que se basa la coreografía y que incluye, a su vez, algunos elementos de la narración creada por los Hermanos Grimm (1812).
La historia nos transporta hacia el siglo XVII, con el bautizo de la hija del Rey Florestán XIV, la princesa Aurora. A la ceremonia aparece inesperadamente una bruja malvada bajo el nombre de Carabosse quien, al no ser invitada, lanza una maldición a la princesa en donde al cumplir los dieciséis años caerá en un profundo sueño del que sólo podrá despertar con el beso del amor verdadero.
La puesta en escena montada por la primera compañía de danza clásica de nuestro país recogerá interesantes pasajes de la obra que comprenden el primer y tercer acto, junto con escenas del segundo. El público, además, podrá disfrutar con la aparición de personajes de clásicos cuentos infantiles como el gato con botas, la caperucita roja, el pájaro azul, entre otros.
De esta forma, el Ballet Nacional del Perú apunta a seguir fomentando la creación de espacios para la apreciación artística, que involucre la participación de adultos tanto como de niños y niñas; para que así puedan acceder a estas prácticas artístico-culturales y seguir cultivando un país que se apropia de nuestro patrimonio.
